Correr un maratón no es nada fácil, correrlo a 3 grados mucho menos. No me gusta el frío, prefiero el calor, pero los maratonistas tenemos que adaptarnos al clima y a la altura de los lugares donde decidimos correr.
Llegó el gran día hacía mucho frío y mucho viento, como en los mejores eventos, súper organización, la gente, porras, banderas mexicanas, etc., etc., y había que enfocarme bien, poner todo el cuerpo, mente y espíritu para lograrlo.
Corrí con guantes, dos pares de calcetas, etc., etc., correr con guantes es muy incómodo cada vez que pasamos por un centro de hidratación tenía que quitarme los guantes para poder sostener el vaso, durante la carrera habían muchos corredores deteniéndose por los calambres y caminando por que ya no podían más o porque se cansaron, u algún otro motivo. Este maratón a pesar del frio y de los vientos de Chicago, fue una experiencia hermosa, llegué a la meta fresca, casi, casi, preguntándome a mí misma ¿eso fue todo? Correr el Maratón de Chicago con 6 minutos menos de mi marca personal, fue todo un éxito. Soy muy afortunada y estoy agradecida con Dios por darme alas para volar.
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